En este blog he hablado largo y tendido sobre qué es lo que entiendo por innovación, creatividad, emprendimiento, y otros cuantos temas afines. Comprendiendo las implicaciones que tiene la teoría expuesta sobre los temas anteriores tenemos una pequeña parte del mecano innovador resuelto en nuestras organizaciones. Esto es, tenemos una idea de los objetivos que idealmente desearíamos conseguir. Pero el mecano se debe montar desde el principio, es decir se debe seguir un proceso de evolución. Tiene que diseñarse una estrategia organizativa que finalmente haga que se implemente una estructura de gestión de la innovación que lleve a la organización a la fase final en el que este modelo de innovación se convierta en abierto.
La teoría es algo que puede ir evolucionando, pero lo hace lentamente, y las bases establecidas a lo largo de los años son sólidas. Por lo tanto podemos afirmar que tenemos una buena base teórica de donde partir y "solamente" hace falta ponerse manos a la obra. Por lo tanto se torna en asunto fundamental tener una idea sobre cuáles son los pasos que se necesitan dar en una organización para articular esta estructura que gestione de manera adecuada la creatividad y la innovación.
No pretendo en esta serie de posts cubrir de manera exaustiva y detallada todos los aspectos que deberían considerarse en las organizaciones para llegar a cumplir con este objetivo que serían muchos. Lo que haré será esbozar unas cuántas líneas generales de actuación que considero básicas a la hora de empezar a diseñar e implantar esta estructura de gestión de la innovación hasta llegar a tener una organización basada en el paradigma de la innovación abierta.
Hoy empezaremos cubriendo un área básica a la hora de empezar a diseñar esta estrategia. Esto es, la implantación de una cultura de innovación en la organización.
Preguntar por si se tiene una adecuada cultura de innovación es preguntarse por si las personas que trabajan en la organización valoran la importancia de pensar siempre en soluciones creativas que vayan más allá de las soluciones inmediatas, preguntarse también sobre si son conscientes de que existen unos procesos y herramientas para gestionar de una manera adecuada el flujo de ideas y propuestas que finalmente serán evaluadas, etc. De manera resumida con la cultura de innovación lo que se pretende es hacer conscientes, mediante un proceso de aprendizaje, de las implicaciones que tienen la creatividad y la innovación en las empresas, estableciendo la manera como se gestionará dentro de la misma, proporcionando un lenguaje común a todos los individuos que trabajan en la misma para que sean eficientes a lo hora de gestionar la innovación, etc.
Como ejemplo del proceso de aprendizaje organizativo en la cultura de innovación, deberían tratarse temas como: La importancia de todas las ideas generadas, sean generadas dentro o fuera de la empresa, la importancia del trabajo en equipo para la producción de ideas de valor, la importancia de no criticar las ideas de otros en el proceso creativo y la de darles una oportunidad para crecer, etc. Si no se hace una labor de concienciación y de enseñanza entre las personas que trabajan en la empresa u organización sobre de la importancia de la generación de soluciones y de ideas creativas e innovadoras en el actual mercado en el que nos movemos entonces tendremos asegurado que no se producirá innovaciones significativas de valor. De hecho esta cultura innovadora debería extenderse más allá de las empresas particulares y debería ser posible que dentro de esta formación en cultura innovadora asistieran proveedores, clientes, centros de investigación, consultores, becarios, etc. Es decir sería muy interesante que no solo el personal de la compañía asistiera a los mismos y se formara en la cultura de innovación, sino que se debería tener en cuenta en este proceso a todos los actores del ecosistema.
Como hemos comentado, no solamente es necesario hacer conscientes a todos los miembros de la organización de que la innovación es imprescindible para subsistir en el mercado actual, sino que esta debe producirse idealmente por el contacto con el ecosistema circundante. Esto nos lleva a una pregunta que deberíamos responder. ¿Está nuestra organización preparada metodológicamente para afrontar el reto de la generación y aprovechamiento de ideas creativas para que puedan llegar a convertirse en innovadoras?. Esta cultura innovadora debería prestar atención también, entre otras cosas, a las metodologías y procesos que favorezcan la generación y gestión de esas ideas creativas. Dedicaremos un post específico en un futuro a estas metodologías y procesos.
Podemos concluir que lo primero que se debe acometer dentro de una organización es el de inculcar una cultura de innovación sólida que proporcione a todos los trabajadores de la empresa, y a ser posible a los miembros del ecosistema, una base común sobre innovación y que sirva para guiar los pasos en el día a día de una manera transversal a la organización.
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