Una vez decidida la primera parte de la estrategia, es decir si vamos a tener una actitud proactiva o reactiva ante los cambios en el mercado, tenemos que ponernos manos a la obra para implementarla de una manera más concreta. Lo primero que tendremos que decidir es si queremos que la innovación se genere internamente o externamente. Es decir si queremos echar mano a la creatividad de la gente que forma nuestro equipo o queremos ir fuera a buscarla. Las dos alternativas tienen sus pros y sus contras, pero dependiendo de dónde pongamos el esfuerzo, el equipo tendrá que realizar unas actividades u otras. Analizaremos las dos posibilidades con algo más de detalle.
Una innovación generada internamente dentro de la organización suele estar mucho más dirigida hacia los objetivos de la empresa, por lo tanto normalmente será una innovación más incremental. Si queremos conseguir con recursos internos una innovación más radical costará más esfuerzo y echar mano a técnicas de creatividad dirigida y en todo caso contar con recursos de otros departamentos para dotar de heterogeneidad al grupo. Por supuesto que es interesante tener de alguna manera un grado de generación de innovaciones interna a partir de las ideas de las personas que forman el grupo, y ya veremos en posts posteriores la manera en cómo podemos implementar un proceso para manejarlas, pero esta no debe ser la única fuente de innovaciones en nuestras organizaciones.
En definitiva yo soy más partidario de tener un balance equilibrado entre la generación interna de innovación y la búsqueda fuera de la misma. Creedme cuando digo que existen en las Universidades muy buenos grupos de investigación y muchos de ellos están deseosos de trabajar con empresas si se les presenta un buen proyecto. También existen muy buenas PYMES con productos y servicios que nos pueden ser de utilidad en nuestro sector del mercado. Pero lo primero que habrá que hacer es ir a explorar qué es lo que hay fuera, y en todo caso no explorar solo el campo obvio en el que nos movemos sino también en áreas adyaccentes.
Como caso de éxito de los resultados que puede dar esta estrategia de búsqueda de tecnología en campos adyacentes os comento una historia que hace un tiempo leía sobre la manera en cómo habían entrado los ABSs en el mundo del automóvil. Básicamente lo que se hizo fue una búsqueda sistemática de posibles tecnologías en el mundo de la aviación que pudieran aplicarse a los coches. Como resultado el ABS. Es decir una tecnología que se estaba aplicando al sector aereo pero que tenía mucha aplicación a otro sector adyacente como es el del autómovil. ¿Por qué no identificar sectores adyacentes al nuestro? ¿por qué no intentar identificar empresas o grupos de investigación con tecnología interesante que en un momento dado pudiera ser utilizado en nuestra industria? ¿No nos suena esto al knowledge brokering del que hablábamos hace unas semanas?
Como vemos el cómo innovemos en nuestra organización parte de una definición estratégica de innovación de muy alto nivel sobre cómo queremos innovar y vamos centrando más la misma sobre la manera en cómo queremos llevarla a cabo. Esto nos servirá para orientar más el trabajo de búsqueda o generación de ideas que posteriormente se conviertan en innovaciones. Más que definir si vamos a ir a por una generación o a por una identificación de potenciales tecnologías que puedan ser innovadoras en nuestro entorno, tendremos que decidir el porcentaje que queremos de cada una de ellas, ya que es absolutamente necesario que existan ambas en todo tipo de organizaciones.
Pero... ¿Qué opináis vosotros sobre este tema?
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