Tal y como hemos comentado en post anteriores la innovación necesita que se afronten los problemas con una mente abierta que proporcione nuevos ángulos de visión sobre el problema a resolver. Y esto, que parece obvio, hasta hace no muchos años no era así. La razón de ello venía de lejos, tan lejos como de la antigua Grecia y de "la República" de Platon. La especialización ha sido siempre considerada como un valor en si misma y una fuente de progreso para la sociedad y para las empresas. De hecho así hemos avanzado, y seguimos avanzando, en el campo de la tecnología desde siempre. Ser especialista en un área es algo que pone en valor a las personas en su entorno profesional. Pero siempre han existido rara avis en el mundo que iban en contra de la corriente dominante. Citamos aquí al inventor por excelencia, Leonardo Da Vinci. Por ejemplo estudiando, entre otros cientos de cosas, la anatomía de las alas de los pájaros para intentar diseñar un artilugio que hiciera volar al hombre. ¡Qué cosas más raras!, pensarían algunos.
Pero esta especialización que ha permitido este progreso tan fantástico no permite ver la globalidad a la hora de enfrentarnos con los problemas a resolver. Siempre podemos ver el árbol que tenemos delante y examinarlo con detalle, pero ver el bosque es algo difícil, y sin tener una perspectiva general es muy dificil componer nuevas ideas realmente innovadoras y proponer algo que sea realmente disruptivo (prometo hablar próximamente sobre la innovación disruptiva y la incremental más en detalle). Por lo tanto el innovador es aquella persona que se sale del discurso general de especialización y es capaz de sobrevolarlas captando la esencia que posteriormente aplicará a la resolución de un problema concreto.
El surgimiento de Internet nos ha metido de pleno en una época en la que necesariamente vemos más allá de lo que tenemos delante de nosotros, ¡lo que falta es querer verlo!. Esto es lo que hará que generemos valor, por lo menos un valor diferente al de la especialización. "Solamente" tenemos que abrir los ojos y ver lo que está sucediendo. Nuestro cerebro es muy selectivo y en situaciones determinadas no podemos ver algo que se salga de lo que nosotros esperamos que ocurra. (ver experimentos al respecto de Daniel J.Simons). Por esto es difícil ser innovador y diferente. Estamos de alguna manera condicionados a ver y a extraer conclusiones evaluando conforme a nuestro entorno y educación, y para salir de este estado es imprescindible mirar a otras áreas de conocimiento ajenas a nuestro problema. Si no hacemos esto estaremos siempre dándole vueltas a las mismas soluciones y por lo tanto no proponiendo soluciones suficientemente innovadoras. (Esto establece una conexión muy interesante con la teoría expuesta en el libro "la estructura de las revoluciones científicas" de Thomas S.Kuhn que algún día comentaremos).
Como conclusión podemos decir que la innovación y la generación de nuevas ideas (creatividad) se facilita al tener contacto con áreas que se encuentran fuera del ámbito del problema a resolver. Y en el caso de un emprendedor diría que ideas de nuevas empresas surgen cuando tenemos una mirada global de la situación y no nos centramos en un área concreta de conocimiento.
¿Estáis de acuerdo con esto?
¿Habéis tenido la sensación de establecer conexiones y resolver un problema estando leyendo sobre un área ajena al problema que queríais resolver?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios relacionados con el tema tratado, con sugerencias de temas a tratar en el futuro o comentarios generales sobre el blog etc. Son bienvenidos.